No teníamos suficiente
con la pandemia, la cual ha colocado a nuestra economía bajo mínimos, sino que
ha venido, a causa de la quinta prórroga del Estado de Alarma, otro duro golpe
con el acuerdo tripartito entre PSOE, Podemos y EH Bildu por el que se deroga
“completamente” la reforma laboral del 2012.
Nadie lo ha entendido, ni
los empresarios, ni los sindicatos, ni los otros partidos, incluso partidos que
han apoyado al gobierno en esa prórroga del Estado de Alarma. Los empresarios,
la CEOE, rompe el diálogo social con el gobierno. Los sindicatos airados porque
se anuncia una medida laboral sin pactarla con ellos. El PNV se ve engañado y
da un duro aviso a Sánchez por colar el acuerdo con Bildu por la puerta de
atrás. Igual que Ciudadanos. Los editoriales de los medios de comunicación hoy
son unánimes en condenar este acuerdo, que el jueves aireaba con orgullo
Arnaldo Otegui: Pedro Sánchez, han venido a decir los medios, no tiene
credibilidad, no es serio. La oposición, en este caso del PP y VOX, se ha
subido por las paredes.
La pregunta es sencilla:
¿Un minúsculo partido (con solo cuatro diputados del total de 350) puede
cambiar la reforma laboral solo a cambio de dos semanas más de Estado de
Alarma? Pero es más, Sánchez ya ha dicho que quiere alargarlo hasta final de junio.
Y nos preguntamos ¿qué más va a vender a los nacionalistas e independentistas
vascos y catalanes? Cuando los demás países europeos de nuestro entorno están
abriendo sus fronteras para el turismo, como Italia, Francia, Alemania… ¿por
qué España tiene que ser distinta y pedir un confinamiento a los extranjeros
que llegan?
Cada vez entiende menos la
gente de lo que está combinando este gobierno bipartito de coalición, creando
inseguridad jurídica en medio de una pandemia, atemorizando a las empresas que
están con ERTES, y anulando cualquier atisbo de contratación de personal por
parte de cualquier empresa. Es un sinsentido. ¿Ignora Pedro Sánchez lo que
pretende Bildu, los amigos y socios de Esquerra Republicana? Y ahora ¿quién
votará los presupuestos? ¿Qué dirá el gobierno a Bruselas? Pedro Sánchez es
imprevisible, y eso daña y mucho a la economía.
Tras las divisiones
registradas en el gobierno de coalición, salió el viernes la portavoz del
Ejecutivo, María Jesús Montero, para echar agua al áspero vinagre del día
anterior y decir que el “diálogo social” no está roto, que la contrarreforma
laboral se hará hablando con todos. ¡Pero si ya está dicho: la derogación de la
reforma laboral! ¿Con qué se la va a sustituir? No se sabe.
La derogación de la
reforma laboral pone en solfa no solo la credibilidad de Sánchez, sino el mismo
acuerdo de investidura, y por lo tanto la estabilidad de este gobierno cuya
debilidad ya es tan manifiesta. Hacer experimentos políticos en medio de la
pandemia, y que afectan a una columna vertebral de la economía y de nuestro
bienestar, no funciona. Estamos verdaderamente preocupados.
Después del acuerdo
tripartito PSOE-Podemos-Bildu, con muchas prebendas debajo del acuerdo para
vascos y navarros, hay que peguntarse qué habrá prometido Pedro Sánchez al PNV,
a Esquerra Republicana, a Ciudadanos en los distintos pactos, entre otros la
investidura. No lo sabemos.
De todas formas, la
reforma laboral que se haga no será la de Bildu y Podemos, pues los dos
partidos, con el PSOE, no tienen mayoría parlamentaria. Pero la cuestión no es
ésta, sino lo que es capaz de hacer el PSOE de Sánchez con tal de sacar
adelante sus objetivos.
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