A tenor de las encuestas publicadas,
después del 21-D, podrá haber una alta inestabilidad en el futuro gobierno
catalán. Aunque no me fío de las encuestas (algunas han dado resultados
sorprendentes) estas son los únicos datos de valor que tenemos para intuir el
futuro gobierno de la Generalitat.
No gana nadie, ni los independentistas ni
los constitucionalistas. Ambos dependerán de los “comunes” de Xavier Domènech,
para tener un gobierno apoyado por una exigua mayoría parlamentaria. Más claro
parece que en cuanto a votos ganan, como hasta ahora, los constitucionalistas.
Pero como el número de diputados los pone un cómputo fijo que favorece al
territorio frente al número de electores, la inestabilidad está servida.
En el frente independentista, y después de
cuanto se ha dicho en la campaña electoral, ¿A quién harán presidente los
“comunes”? Por supuesto ni a Puigdemont ni a Junqueras, ni a los principales
responsables de la ruptura con el Estado del pasado mes de octubre. A lo mejor,
como pasó con el caso de Artur Más, sale un presidente de la chistera, como fue
Puigdemont que iba de tercero de la lista por Girona. De todas maneras para los
independentistas gobernar con Domènech será muy complicado porque querrán
mandar ellos y el actual candidato de CatComú-Pedem no se dejará, y su aliada,
Ada Colau alcaldesa de Barcelona, menos.ç
En el ámbito constitucionalista, tampoco
salen los números. Xavier Domènech y su grupo no aceptarán una presidencia de
Inés Arrimadas (Ciutadans): “no haremos presidente a ninguno de la derecha”.
Dijo (incluyendo a Ciutadans). Podría hacer presidente a Miquel Iceta (PSC),
pero este estaría muy marcado de cerca por Ciutadans y gobernar con solo 20-22
diputados es muy complicado. Si Iceta obtiene la mayoría parlamentaria para
formar gobierno, los augurios son de inestabilidad, por el necesario apoyo de CatComú-Podem
(Podemos en definitiva) y del PP, el cual tampoco dará oportunidades. Y ¿hasta
qué punto estará dispuesta a ceder Inés Arrimadas?
Una presidencia de Iceta –la única
posible hoy—se augura no solo incierta, sino sobre todo inestable. Si Ada Colau
acaba de romper el pacto con el PSC en el Ayuntamiento, por apoyar este partido
el artículo 155 ¿cómo se entiende apoyar ahora al PSC del mismo155 a la presidencia
de las Generalitat? No se entiende mucho.
Sin embargo, todos los
constitucionalistas han dicho que por su parte no habrá problemas de reparto de
cargos y que harán posible que salga un gobierno de la Generalitat que cierre
el “procés” y dé por terminada esa pesadilla. ¿Y con qué programa de Gobierno?
Hay unos presupuestos para el 2018 a la vuelta de la esquina con una
Generalitat intervenida.
Ya estamos en los últimos compases de
esta campaña y siguen enfrentados los dos bloques, con posibilidades cada uno.
Pero con unas posibilidades muy inestables. ¿Nuevas elecciones el año próximo?
Tal vez, hasta que salga una cosa u otra con una mayoría amplia. En estos últimos
compases de campaña se ve que muchas personas vinculadas, ya sea personalmente
o ya sea en sus negocios, con la Generalitat y el “procés”. Están realmente
preocupados. ¿Qué será de ellos sin puestos de trabajo, sin subvenciones, sin
mando en plaza? Estos presentan una batalla fuerte. Es natural.
Comentarios
Publicar un comentario