Estamos en la cuenta
atrás en el tema del referéndum y el “procés” catalán. Las expectativas de
celebrar un referéndum acordado están agotadas. El reconocimiento internacional
de un referéndum no pactado es nulo. Aprobar una “ley de transitoriedad” es un
salto al vacío, como dicen eminentes catedráticos y juristas “independientes”
de la Generalitat. Mantener la posición de “referéndum o referéndum” no es más
que crear más división en la sociedad catalana, más inseguridad jurídica y
mantener un gasto inútil.
Así las cosas, señor
Carles Puigdemont ¿por qué no convoca elecciones? Sería la manera de conocer de
verdad lo que piensa el pueblo catalán y es eso lo que le preocupa. No lo digo
yo, lo dice un miembro de la Comisión de Venecia (llamada en realidad Comisión
Europa para la democracia a través de la Ley), Josep Maria Castellà, profesor
de derecho Constitucional.
Este declaro a TV3 que lo
que dice la “Comisión de Venecia reiteradamente es eliminar el prejuicio de
mucha gente de que la democracia directa (el referéndum) es más democrático que
la democracia representativa. Al contrario. La comisión, como mucha parte de la
doctrina académica, sostiene que en sociedades complejas, pluralistas, la democracia representativa es la mejor
forma de llegar a consensos, de transaccionar, etc., y por tanto que los
referéndums son excepcionales y además son peligrosos”.
Estos y otros principios
fueron ya explicitados en un amplio documento por la misma Comisión de Venecia
el año 2006. El documento se llama “Código
de buenas prácticas sobre referendos” y es conocido en todo el mundo, dado
que a esta comisión pertenecen 47 países, entre ellos los miembros del Consejo
de Europa.
Pues bien, a pesar de la
Carta a Rajoy --respondida al día siguiente, diciendo que un referéndum
secesionista requiere una reforma constitucional-- y la Carta a la Comisión de
Venecia—respondida al día siguiente también—diciendo que el referéndum debe de
hacerse en “total” (sic) acuerdo con la Constitución.
Llegados a este punto
¿qué le impide llamar al pueblo de Catalunya a las urnas y en unos comicios
legales y libres decida qué es lo que quiere? ¿A qué tiene miedo? ¿A incumplir
el pacto con la CUP? ¿A que su partido (PDECat) deje el poder y –tal vez—pase a
la oposición? Porque un futuro gobierno ya no podrá poner calendario a la independencia
visto el fracaso ¿Por qué dice que la carta “Avala nuestra posición y hace un
emplazamiento implícito a negociar el referéndum" al gobierno español?
El president Puigdemont
debería dejar de marear la perdiz, ponerse delante de las cámaras de TV-3 y
decir a los catalanes, “a todos los
catalanes”, que lo ha intentado todo, pero no lo ha conseguido, al menos
en los plazos pre-establecidos, y por eso convoca elecciones y deja la política activa,
al menos por una temporada, como hizo Artur Mas. La independencia hoy no es
posible y continuar por la senda de la ilegalidad no hace otra cosa que ahondar
en la división entre catalanes y desprestigiar las instituciones catalanas.
Digan lo que digan Jordi Pujol y Artur Mas.
Armarla gorda ya se ha
armado, pero hay que pensar que el oficio del político es servir a su pueblo, a
todo el pueblo, y a las instituciones que lo han elegido. Seguir con “sostenella y no enmendalla” conduce a la
frustración. Y en este país hacen falta políticos de altas miras que procuren
el bien común.
Es comprensible que haya
catalanes reacios a buscar esta solución (las elecciones anticipadas), pero en
democracia cuando no se consiguen los objetivos que se prometieron en las
anteriores elecciones, hay que ir otra vez a las urnas. ¿De qué tiene miedo
president Puigdemont? ¿Por qué no nos deja votar?
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