Hay grupos políticos e ideológicos del sur de Europa que
proponen una Europa laica, mejor dicho laicista, que ignore el hecho religioso
y considere la religión un asunto privado. Esto, hoy por hoy, no parece
conformarse con la realidad institucional europea.
De los 28 estados que componen la Unión Europea, 7 son
confesionales, 20 aconfesionales y 1 laico o laicista, Francia. Conformar la
relación entre Unión Europea y religión o religión es al estilo francés
–producto de su historia nacional—no se puede plantear, porque prevalece en
todo caso una visión aconfesional, es
decir la separación entre el Estado y la Iglesia, pero estableciendo vínculos
de cooperación con las iglesias mediante acuerdos con el respeto a la
libertad ideológica, de culto y religiosa. Incluso en algunos países
directamente confesionales, ya sean protestantes luteranos, anglicanos,
ortodoxos y católicos.
Tampoco sería posible ateniendo a los tratados constitutivos
de la Unión Europea portadores del respeto a las personas y a su libertad de
conciencia, y a la libertad ideológica ya sea en el ámbito filosófico como en
el ámbito religioso, o sea que colocan en el mismo plano las religiones con el
ateísmo y las doctrinas como el marxismo, y las expresiones artísticas más
diversas.
Con lo dicho antes, no se puede deducir que Europa es una
balsa de aceite y que no hay luchas ideológicas. Por ejemplo, en los países ex
comunistas, que pertenecían al bloque de la Unión Soviética, reconocen en la
letra toda la paridad posible, pero en la práctica no fomentan la libertad
“filosófica”, tras haber vivido medio siglo bajo el yugo del comunismo que
prohibía la religión y luchaba para que esta desapareciera de la mentalidad de
la gente, al considerarla nociva para toda persona. No quieren volver atrás y están
más en la línea de defensa de la religión o de las confesiones religiosas, aun
manteniendo la separación del Estado con las religiones.
Lo importante es que en Europa se reconozca la libertad de
una persona de poder cambiar de religión o de creencia filosófica.
A continuación
dividimos los estados europeos en tres categorías respecto a la religión:
1.- Los estados
confesionales –los que tienen una religión de Estado protegida por el poder
público- que en Europa son seis:
1) Gran Bretaña (el Bréxit todavía no se ha consumado), cuya religión
de Estado es el anglicanismo en que el Rey o Reina de Inglaterra es el jefe de
esta Iglesia y tiene la potestad de nombrar obispos y el estado protege a la
Iglesia anglicana;
2) Los países nórdicos: Suecia,
Dinamarca y Finlandia son luteranos. Aunque Suecia ha abandonado la
confesionalidad luterana este año 2017, mantiene los privilegios de esta
confesión cristiana dentro del país. Dinamarca es un estado protestante
luterano Evangélico, donde el Rey ha de profesar esa religión, y en Finlandia
también la Iglesia oficial es la luterana, pero reconoce a las demás.
3) Grecia es ortodoxa, aunque la Constitución contemple la separación
Iglesia-Estado, en realidad el Estado solo protege a la Iglesia ortodoxa. En
Grecia queda prohibido el proselitismo y la objeción de conciencia, cuando no
rige así en ningún estado europeo.
4) Malta es una pequeña isla cuyo estado se profesa de religión
católica, que resulta ser la Iglesia protegida, si bien reconociendo la
libertad religiosa y de culto para todos.
2.- Los estados
aconfesionales. Son los que tienen una separación entre las iglesias o
confesiones y los estados, pero el estado, reconociendo el bien para los
ciudadanos de las religiones, mantiene relaciones con ellas y llega a pactos
distintos que van desde la enseñanza de la religión, hasta la asistencia
religiosa a las Fuerzas Armadas y a las cárceles, etc. Los estados reconocen la
libertad religiosa de modo que la religión tiene una vida pública y privada sin
cortapisas.
Son la
mayoría de los estados, con mayor apoyo a las confesiones cristianas que son la
mayoría de la población. Estos son los casos de Alemania (que aunque se declara “laico” ayuda a todas las
religiones), Italia, España y Portugal
(países que fueron confesionales católicos y se nota una mayor presencia y
apoyo a la Iglesia Católica; Irlanda
(apoya a las dos confesiones principales, católica y protestante), Holanda, Bélgica y Luxemburgo, con
régimen de separación pero favoreciendo más a los protestantes (Holanda o a los
católicos (Bélgica y Luxemburgo), Austria
y los países ex comunistas: Estonia,
Letonia, Lituania, Polonia, Chequia,
Eslovaquia, Hungría, Eslovenia Croacia,
Bulgaria, Rumanía, donde a excepción de los dos últimos en los que la
Iglesia predominante es la ortodoxa, en los demás es la Iglesia Católica. Cada Estado tiene sus propias
relaciones con las iglesias cristianas con matices más o menos acentuados en
relación a una mayor y menor colaboración, en función de su realidad histórica.
El caso de Chipre es distinto, porque la isla está dividida en dos etnias
fundamentales, la griega y la turca, y lo mismo pasa con la religión: los
griegos son ortodoxos y los turcos musulmanes.
3.- Países laicos
completamente.- El único país completamente laico es Francia, por las circunstancias históricas ocurridas en ese país a
primeros del siglo XX donde la separación entre las iglesias y el Estado es
radical, según la Constitución francesa. En Francia la religión no puede tener
manifestaciones públicas.
Sin
embargo, la radicalidad de la separación en Francia se ha ido atenuando con los
años últimos, y fue el papa Benedicto XVI, en viaje oficial a Francia siendo
presidente Nicolás Sarkozi, cuando el pontífice señaló una vía dulcificada al
hablar de la laicidad del Estado, según
la cual el Estado, aun manteniéndose al margen de todo hecho religioso,
reconoce que la religión forma parte de la sociedad y es un bien para los
ciudadanos que la practican.
Así, pues, en la Unión Europea tenemos: seis estados
confesionales, especialmente de iglesias protestantes; 21 estados
aconfesionales (reconocen las religiones, pero no hay una religión por encima
de otra, según la ley), un Estado laico, Francia.
Es
evidente, para quien conozca el más mínimo manual de historia de Europa, esta
se ha forjado a partir del Derecho Romano, la filosofía griega y la religión
cristiana, y la presencia histórica (y actual también) del cristianismo es
alta. También han estado y están presentes el judaísmo y el islamismo, pero en
mucho menor grado. Y en la filosofía con praxis política, también el marxismo,
expresión del ateísmo considerado como un sistema, con exclusión de cualquier
religión.
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