¿Qué piensa el mundo
independentista catalán sobre la religión? Hay numerosos catalanes
independentistas que son buenos católicos, buenos cristianos, pero se hacen
notar poco, pues la superestructura del independentismo político aparece impermeable
al hecho religioso, cuando no incluso contrario a la religión. Hay muchos
clérigos –sacerdotes, religiosos y religiosas--
que son abiertamente independentistas, lo mismo que muchos laicos, pero su
influencia no alcanza a las capas superiores de la política.
El laicismo o la irreligiosidad, o el
silencio ante el hecho religioso, se ponen de relieve en los medios de comunicación,
en las publicaciones de pensamiento de las respectivas organizaciones
independentistas, o en simples declaraciones públicas. Es cierto que Artur Mas (CDC)
y Oriol Junqueras (ERC) se declaran católicos, pero no es menos cierto que sus
formaciones políticas –especialmente ERC—han promovido o aprobado en España y
en Catalunya numerosas leyes laicistas, y ningunean a la religión en el espacio
público.
Hasta hace semanas, actuaba como muro de
contención a las políticas laicistas de Convergència su alianza con el partido
demócrata cristiano Unió Democràtica de Catalunya (UDC), liderado por Josep
Antoni Duran Lleida.
O sea que viene de lejos. El mundo
independentista oficial se interesa solo del Vaticano en vísperas de
nombramientos episcopales, con el fin de influir para que el nuevo obispo tenga
pedigrí nacionalista. Para el mundo independentista catalán, en su expresión
política, la Iglesia solo es útil si favorece a la causa independentista. En
caso contrario, todo son críticas. Lo más característico, sin embargo, es el
silencio. Se trata, por lo tanto, de un clericalismo que consiste en utilizar a
la Iglesia para sus fines.
Los diarios independentistas “El Punt Avui” y “Ara”, así como la TV pública TV3, no publican casi informaciones
relativas a la Iglesia católica, aunque sí publican comentarios, artículos y
análisis de tono crítico hacia la Iglesia, siguiendo los módulos relativistas y
materialistas propios de la época. El independentismo se declara europeísta,
aunque en el referéndum de Grecia los independentistas catalanes apoyaron al
presidente Alexis Tsipras y a Syriza a favor del “no”.
¿Por qué influyen tan poco los cristianos en
el independentismo? Es un contrasentido, pues donde más arraigo tiene el
independentismo es en la Catalunya interior donde hay muchos creyentes. ¿Entonces,
por qué el discurso independentista está impregnado de laicismo? Porque la
expresión política del independentismo actual se fraguó en la izquierda
socialista y comunista, en la época del franquismo. A ellos se unió una derecha
de clases medias de base nacionalista, porque todos fueron perseguidos por el
franquismo. El pujolismo subordinó la religión al nacionalismo.
En el mundo independentista se silencia a
Dios, aunque haya fiestas tan populares como Sant Jordi, patrono de Catalunya, o
la Mare de Déu de Montserrat, patrona de Catalunya, así como más de mil ermitas e iglesias románicas, y otras más
recientes que existen en todo el territorio catalán. El monumento más visitado
de Catalunya es la basílica de la Sagrada Familia, consagrada por Benedicto
XVI, obra del genial arquitecto Antonio Gaudí, que tiene abierto la causa de
beatificación. Está la Mare de Déu de la Merced, patrona de la ciudad de Barcelona, la de Núria, o las
obras de Ramon Llull, Verdaguer, Jaime Balmes, Torras i Bages Antonio María
Claret y el cardenal Vives i Tutó (todos
ellos clérigos u obispos), Maragall, Eugeni D’Ors, y un largo etcétera, todos
ellos de profunda trayectoria cristiana.
Entonces, ¿por qué tiene tan poca relevancia
pública lo religioso, lo cristiano, en el discurso independentista? En el
independentismo se encuentran muchos sacerdotes, religiosos y religiosas, y
muchos laicos. El espíritu cristiano impregnó toda la historia de Catalunya
hasta los años 50 del siglo pasado en que el nacionalismo catalán fue invadido por
las corrientes ideológicas marxistas y materialistas, que prevalecen todavía
hoy en la expresión política del independentismo anulando el histórico espíritu
cristiano. Sin embargo, los independentistas dicen que la Iglesia no puede ser
neutral y ejercen fuertes presiones a los obispos catalanes para que acepten el
independentismo.
¿Y qué opina el Vaticano? De momento se acaba
de crear una oficina del gobierno de Catalunya, en Roma, con el fin de hacer lobby en el Vaticano a favor de la causa
independentista. La Santa Sede no se ha pronunciado sobre la secesión de Catalunya,
y lo más que ha dicho es que “es un tema político” que deberá resolverse en el
ámbito político, pues la misión de la Iglesia no es hacer política. Lo dijo el
cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, al ser preguntado al respecto
hace un año. Y el mismo papa Francisco manifestó sus reservas al respecto.
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