La Mare de Déu de la Mercè, patrona de
Barcelona, con el título de Princesa de la Ciudad Condal, es ninguneada por la
alcaldesa Ada Colau, de la coalición Barcelona en Comú, de Podemos. En las
fiestas de la Mercè ha eliminado del programa oficial la misa que se celebra
todos los años en la Basílica de la Mercè. Además, ha añadido, que ni ella ni
el consistorio irán a la misa oficiada por el cardenal Lluís Martínez Sistach,
por considerar que vivimos en un país “aconfesional”. Y encima la ha desplazado del 24 al 18 de septiembre, dado que el 27 hay elecciones.
El tema ha causado gran extrañeza en
muchos ciudadanos de Barcelona que tienen la Mare de Déu de la Mercè como su
patrona e intercesora de la ciudad. Precisamente en el año 2018 se celebrará el
VIII centenario de la aparición de la Virgen a sant Pere Nolasc, fundador de la
Orden de Nuestra Señora de la Merced, el año 1218. Fue el 2 de agosto cuando
tuvo lugar la aparición de la Virgen, y 10 días después fundó la Orden de los
Mercedarios, con el apoyo del rey Jaume I el Conquistador, y del ilustre
jurista sant Ramon de Penyafort.
La orden de los mercedarios fue fundada
para la redención de los cautivos en los países musulmanes, y muchos frailes se
entregaron a los musulmanes para sustituir y redimir a cautivos cristianos en el Norte de África. Es
decir que es una orden muy relacionada con la solidaridad y el orden social,
hasta el punto de entregar su vida para redimir a los cautivos.
A lo largo de los siglos, la piedad a la
Virgen fue extendiéndose por el mundo, especialmente en América Latina, donde
en Santo Domingo, por ejemplo, es la patrona nacional, y en Argentina, la
patrona de Tucumán.
La alcaldesa Ada Colau, que tiene solo 11
concejales de los 41 de Barcelona –tiene el apoyo de Esquerra Republicana y del
partido socialista- ha decidido borrar del programa el acto de homenaje a la
Mare de Déu, transformando la Festa Mejor de Barcelona únicamente en bailes,
correfocs, conciertos, piromusicales, iluminar las fuentes de Montjuïc,
gigantes, castellers y ball de dimonis.
Todo eso está bien, pero la raíz de la
fiesta es la Mare de Déu de la Mercè, nombrada también “Generala” por las
tropas del Archiduque Carlos de Austria frente a las tropas de Felipe V de
Borbón, en la guerra de Sucesión, el 1714, ante la dimisión del general en jefe
de la defensa de Barcelona, Antonio de Villarroel. Además, la Virgen libró de
la peste a la ciudad, cuando el Ayuntamiento le pidió su intercesión.
Desde hace siglos el Ayuntamiento rinde
homenaje a su patrona la Mare de Déu de la Mercè por los beneficios recibidos.
Pero ahora, Ada Colau, la alcaldesa de mínimos, ningunea a su patrona, con una
falta de sensibilidad, no ya histórica, que sabemos que no la tiene, sino
social e institucional. Una alcaldesa debe representar a la ciudad aun en actos
que no le gustan, como cuando vino el rey Felipe VI la semana pasada, que allí
estaba para “representar a la Ciudad”, a pesar de no gustarle ni el Rey ni la
monarquía, y de quitar el busto de su padre Juan Carlos del salón de plenos del
Ayuntamiento. Y poca sensibilidad social porque son los mercedarios una orden
realmente que se ocupa de los presos y de los cautivos donde los haya.
A un alcalde, o alcaldesa, hay que
exigirle que sea institucional, es decir que represente a “todos” los
ciudadanos allá donde vaya y donde corresponda. Eso no lo hace Ada Colau, que
“planta” a su patrona la Mare de Déu de la Mercè, y todos sabemos que es por su
fobia al hecho religioso, y no por cumplir con la “aconfesionalidad” del
Estado. Un alto cargo representativo no significa tener solo la vara de mando,
sino que hay que exigirle que sepa estar donde hay que estar, pues representa a
toda la ciudadanía, de todos los colores políticos, credos religiosos, razas,
etc. Dado que ha argentinizado (con argentinos kirchneristas) el Ayuntamiento
–su brazo derecho es argentino y vienen de visita a Barcelona cargos del
gobierno de Buenos Aires- que sepa que Tucumán tiene en muy alto el respeto y
veneración a Nuestra Señora de las Mercedes, como la llaman allí.
Es curioso que desde el mundo católico
solo ha protestado la Federació de Cristians de Catalunya, de carácter
nacionalista, en una nota en la que pone de relieve la doctrina del papa
Francisco, cuando dijo que los cristianos son “parte de la identidad de los
pueblos, aunque algunos poderes quieras borrar la religión del espacio público,
La Federació y acusa a la alcaldesa que seguir un laicismo ultra y piden que
restituya el acto religioso en la Basílica de la Mercè, pues “no queremos una
privatización ideológica del Ayuntamiento. El Ayuntamiento es de todos y para
todos”. El insigne arquitecto e historiador Joan Bessagoda Nonell dijo que el
acto central de la Festa Major de Barcelona era precisamente la Misa Solemne en
la Basílica de la Mercè.
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