(Publicado en aleteia.org/es)
Los
reyes de España, Felipe VI y Letizia van a estrenar su agenda internacional la
próxima semana, con una visita al papa Francisco en el Vaticano. Será la
primera visita de los reyes al exterior, y después seguirán Portugal, Marrueco
y Francia, en el mes de julio. Estos viajes se han preparado desde la
diplomacia española al conocerse la abdicación del rey Juan Carlos I.
¿Por
qué primero el Vaticano? El tema ha levantado algunas polémicas entre los
sectores laicistas, republicanos y ateos de distintas procedencias que no
entienden el porqué de la primera visita al Vaticano. Y es normal porque España
es una sociedad plural y democrática. Desde la Casa Real hasta el ministerio de
Asuntos Exteriores se ha comunicado que lo que estaba previsto es que las
primeras visitas de los nuevos reyes fueran a los países vecinos y al Vaticano,
como es habitual, como hizo ya el rey Juan Carlos, en 1976 y 1977.
El
primer punto que conviene aclarar es que los reyes de España no van a visitar
al “Jefe del Estado” del Vaticano, sino al papa Francisco, a un hombre que en
un año se ha ganado la simpatía de todos el mundo, creyentes o no, por su actitud
cercana a la gente a sus problemas, y por su cercanía sobre todo con los más
pobres y necesitados, por su transparencia y honestidad. Nada más lejos del
pensamiento del papa Francisco que el de sentirse “Jefe del Estado” del
Vaticano. No encaja ni con su personalidad ni con su idiosincrasia. Incluso no
le gustan nada los protocolos oficiales, aunque algunos debe seguirlos, porque
al fin y al cabo es el Papa. Por eso recientemente dijo en qué se diferencian
el protocolo y el terrorismo: en que con el terrorismo puedes negociar, con el
protocolo, no.
Esta
visita al papa Francisco tiene su mérito tanto por parte de los reyes Felipe VI
y Letizia, como por parte del papa Francisco. De un lado, existía la voluntad
del Rey de visitar al Papa, y de otra ha querido el Vaticano ser el primero en
recibir esta visita de los reyes de España, pues antes que otro viaje se le adelantara
el papa Francisco puso fecha, el 30 de junio, para la visita oficial. Es decir
que se trata de una voluntad recíproca el verse cuanto antes.
El papa
Francisco tiene un gran afecto por España y los españoles, y la Iglesia ha manifestado
siempre su gratitud por lo que ha hecho y hace el pueblo español para extender el
Reino de Dios por todo el mundo y en especial por América Latina. España ha
dado, y sigue dando, una alta contribución de personas y medios a las misiones,
sobre todo con el sacrificio de personas que se han desplazado hacia tierras y
culturas lejanas para ser testigos de Dios. Ahí tenemos al jesuita san
Francisco Javier que fue al oriente lejano y a tantas y tantas órdenes y
congregaciones religiosas que se han dedicado a las misiones y cuyo fundador o
fundadora eran españoles.
El papa
Francisco fue informado directamente por los propios reyes Juan Carlos y Sofía,
de la decisión de abdicar en favor de su hijo Felipe, cuando fueron recibidos
–por cierto con muchas atenciones y afecto-- por el Papa al día siguiente de la
canonización de los papas san Juan XXIII y san Juan Pablo II, el pasado mes de
abril. Estos dos papas santos, y muy especialmente Juan Pablo II, tuvieron
mucho afecto a los reyes de España, como lo demostró el papa Wojtila en sus
cuatro viajes a España. Además, un papa argentino, es decir que habla español,
parece más cercano, en principio, a España que otros papas centroeuropeos o
italianos menos conocedores de la cultura hispánica. El papa Francisco podría
haber dicho al Nuncio de Madrid Renzo Frattini que tenía la agenda completa
hasta finales de julio, pero no ha sido así: ha querido ser el primero en recibir
a los reyes Felipe VI y Letizia. Y lo primero que ha hecho el papa Francisco es
informarse de las relaciones Iglesia-Estado en España, y ha llamado a la cúpula
de la Conferencia Episcopal Española a Roma, para poder conversar con los
nuevos reyes sobre el presente y futuro de la Iglesia en España
Y éste
es el contexto en el que hay que enmarcar la visita oficial de los reyes de
España al papa Francisco. No está en la mano de los Reyes resolver cuestiones
concretas de las relaciones Iglesia-Estado porque no es su papel, aunque el Rey
puede ser un impulsor de las relaciones internacionales como lo fue Juan Carlos
I, el mejor embajador de España.
Los símbolos
religiosos en el acto de proclamación
En
cuanto a la ausencia de los símbolos religiosos en el acto de proclamación del
rey Felipe VI ante las Cortes españolas, la Iglesia católica no ha hecho
ninguna objeción, como declaró el portavoz y secretario de la Conferencia
Episcopal, José María Gil Tamayo, pues en España hay “otra escenografía” y
estamos en el Siglo XXI, con una Constitución aconfesional. Esto no quita,
señaló Gil Tamayo, que la familia real española sea creyente, pero en los
oficios del Estado hay que seguir la norma de que es un estado no confesional,
distinto del Estado en que juró el padre del Rey, Juan Carlos I, que era un
estado confesional católico, como comentamos en unos días atrás en esta página.
Otros han dicho que el nuevo Rey en su discurso no hizo referencia alguna a
Dios, al menos, dicen, pedir su protección o ayuda. Sin embargo, gustó en el
Vaticano la atención que el nuevo rey dedicó en su discurso a las familias más
castigadas por la crisis y la necesidad de ser apoyadas, al igual que el paro.
Personalmente
creo que las relaciones entre España y el Vaticano se van a fortalecer con la
visita de los Reyes de España, pues por ambas partes me consta que hay una
voluntad de seguir entendiéndose, cada uno desde su autonomía propia, la
autonomía política y terrenal del Estado y la autonomía de la dimensión religiosa
de la Iglesia. Los detalles de esta visita se conocerán después, pero de
entrada queda claro que el papa Francisco y el rey Felipe VI tienen un lenguaje
directo, que va al grano y esto mejorará su relación.
Esta viaje la cuarta vez que el
rey Felipe VI y la reina Letizia van al Vaticano. Las tres ocasiones
anteriores, como príncipes de Asturias, tuvieron lugar tras su boda, cuando se
encontraron con Juan Pablo II; con motivo de la misa de beatificación del Papa
Wojtyla, con una audiencia con Benedicto XVI, y en la Misa de Inicio de
Pontificado de Francisco en 2013.
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