Ir al contenido principal

En vísperas de la canonización de dos grandes papas

Roma vive estos días una auténtica ebullición, como en las grandes solemnidades históricas. Miles, millones de personas pasean por las calles empedradas de la Ciudad Eterna. Extraordinarias medidas de seguridad para proteger a los dos millones de peregrinos que llegan de todas partes para homenajear a los dos papas, a los papas más universales del Siglo XX, a los más carismáticos, que ya en vida recibieron el afecto de todo el mundo, creyentes e incluso no creyentes. Seguridad también para proteger a las personalidades civiles, entre las que están los Reyes Juan Carlos y Sofía,  y religiosas, que voluntariamente han querido estar presentes el domingo a la ceremonia de canonización, que consistirá en una misa concelebrada por más de cien cardenales y de obispos de todo el mundo.

La magnitud del evento solo puede tener parangón cuando el fallecimiento de Juan Pablo II, en abril de 2005, hace nueve años, y el inicio del Concilio Vaticano II, el año 1962. Roma y el Estado italiano conocen bien su papel, aunque el Vaticano, en concreto el papa Francisco,  establece las pautas y la liturgia de la celebración. Esta será una celebración más “franciscana”, más sencilla, menos barroca que las anteriores. Los tiempos cambian y la Iglesia también. Antes se prefería celebrar este tipo de acontecimientos de modo más ampuloso, y hoy se elimina toda pompa para centrar el acontecimiento a lo que realmente es: la canonización de dos santos, que son papas ciertamente, pero que han llegado a la santidad no por hechos de gobierno o decisiones más o menos acertadas en sus respectivos pontificados, sino porque han vivido en grado heroico las virtudes humanas y cristianas, o sea que han vivido con heroicidad el día a día de su vida en la tierra en el amor a Dios y a todos los hombres.

Roma vibra como lo hace siempre en las vísperas de los grandes eventos de la historia. Gentes hablando los más diversos idiomas, de las razas más cercanas y lejanas, desde los ojos rasgados de los asiáticos a la tez color azabache y moruno, nórdico o andina. Todos se acuerdan físicamente de Juan Pablo II (menos de Juan XXIII porque vivió hace más tiempo). Se acuerdan –y lo comentan—que vienen a agradecer al papa polaco y a Juan XXIII por el bien que les hizo en su viaje (o viajes) a sus países, cómo ayudó a levantar la fe del pueblo, las vocaciones, la frecuencia a los sacramentos. Vienen en definitiva a agradecer a Dios porque ha elevado a estos papas a los altares y agradecer a los papas su santidad y los beneficios obtenidos a través de su intercesión, aun en vida (Juan Pablo II fue protagonista de hechos y conversiones inexplicables a su paso por los caminos de la tierra, en sus 104 viajes) y después de su fallecimiento. Otros vienen a agradecerles su vocación sacerdotal, religiosa o laica recibida gracias a los papas.

Varas de medir

No puede faltar en los medios el material polémico. Primero, las “dos varas de medir a los dos papas: Juan XXIII, el progresista, y Juan Pablo II, el conservador”. Son varas de medir europeos de quienes practican un tipo de información religiosa basado en buenos y malos, como en las películas. Lo que es y han sido estos papas son: universales, distinguidos por su profundo y sentido amor a Dios, a la paz  en el mundo y entre los pueblos  y a los hombres todos. Si algo proclama la santidad es precisamente su valor universal, y esto es lo que se va a hacer el domingo: proclamar y celebrar la santidad personal de dos fieles católicos que fueron papas.

Precisamente días antes de la doble canonización --que se celebrará con la asistencia de dos papas: el que canoniza, Francisco, y el que le acompaña, Benedicto XVI, ya anciano—desde Argentina han llegado noticias de que el papa Francisco ha autorizado la comunión a una mujer casada por lo civil con un divorciado, desoyendo a su párroco. Eso es lo que cuenta el marido divorciado a los medios de comunicación de su país. El portavoz del Vaticano ha dicho que “no se ha autorizado la comunión a ningún divorciado”, es un problema de sentido común que el papa Francisco no lo haya hecho. Menos mal que el papa Francisco tiene un gran conocimiento de sus paisanos argentinos y también de los medios argentinos. Ciertamente se va a celebrar un Sínodo en octubre y otro el año que viene para abordar la problemática de la familia hoy y el papel de los divorciados, pero el tema todavía está en un estudio teológico, pastoral, bíblico, etc., y no hay ninguna solución al respecto; falta mucho tiempo.  Pero siempre ha habido y habrá, especialmente en el mundo latino, quien sea más papista que el papa. Como ya pasó en el Concilio, se quiso forzar la opinión de los Padres Conciliares a través de los medios de comunicación. 

Comentarios

entradas populares

Gaudí no era un soltrerón ni un masón

El escritor e ingeniero Josep Maria Tarragona i Clarasó (Barcelona, 1957), es un gran divulgador de la vida y obra del genial arquitecto y artista, Antoni (Anton le llamaban sus familiares y amigos) Gaudí i Cornet. Muchos escritos de JM Tarragona están en la web www.antonigaudí.org , y ahora acaba de publicar su segunda biografía de Gaudí: “ Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia ”, en español, catalán e inglés. Se preparan las ediciones en alemán, francés e italiano. En la presentación del libro –que tuvo lugar en la Cripta de la Sagrada Familia—el libro fue calificado de “definitivo”, aun tratándose de una “biografía breve”. Lo entrevistamos en una salita de su despacho, especial para el Diari de Tarragona -SA.- Gaudí, ¿de Reus o de Riudoms? -JMT.- Gaudí nació legalmente en Reus. Así consta en la partida de bautismo (no había Registro Civil entonces), en su cartilla militar y en los documentos y actas notariales que le mencionan. Sin embargo, existe una tradición

El uniforme en el colegio ¿sí o no?

Ejemplar la actuación  del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg,  quien siempre lleva la misma ropa. El uniforme para ir al colegio, en los niveles obligatorios, levanta polémicas todos los años. ¿Sí o no al uniforme? Veamos qué dicen los partidarios y los detractores. Los detractores del  uniforme dicen que este señala a los niños y niñas de clase social alta. Además, el uniforme es desechado sobre todo por las niñas, que lo aborrecen muy pronto porque ellas quieren ser “distintas”, y dejar de ser “colegialas”. Así mismo -dicen los detractores- tanto chicos como chicas ven el uniforme como una cosa  antigua , de antes, no lo quieren. Los padres también piensan lo mismo: el uniforme va contra la formación de la personalidad de cada niño o niña, cuando se debe fomentar que cada alumno/a destaque por sí mismo/a. El uniforme, como su nombre indica,  uniformiza  cuando hoy cada vez más se tiende a individualizar. Los padres y educadores que  son partida

¿Por qué hay que prohibir los piropos?

                (Aleteia) Un piropo es una galantería, un cumplido, un halago, una lisonja que va dirigido a una mujer para exaltar su persona, su belleza . ¿A qué mujer no le gusta que se le diga que está muy guapa? Lo que ocurre es que la mujer está siendo peor valorada en la sociedad actual y solo es contemplada por una buena parte de los hombres como objeto de deseo . ¿Tendrá que ver con ello la ideología de género? Ese ya es otro tema. No confundir los piropos, con las expresiones groseras, bastas, soeces, bajas, en definitiva maleducadas, molestas y desagradables, que hieren la intimidad de la mujer . Prohibir o “erradicar” los piropos me parece una solemne tontería, cuando estos son galantes, delicados e ingeniosos. Sí que podrían rechazarse socialmente (no penalmente) las expresiones desagradables que ofenden a la mujer, como apunta Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia Doméstica y de Género español, dependiente del Consejo General del Poder Judi