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Cómo cambiará la Conferencia Episcopal Española

Por Salvador Aragonés
Doctor en Periodismo y profesor emérito de la UIC

                A mitades del próximo mes de marzo se reunirá el plenario de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que será de carácter electivo, al terminar el trienio por el que se habían elegido los cargos actuales. Cesarán el cardenal Antonio María Rouco, que también será sustituido en la archidiócesis de Madrid al haber superado la edad canónica (75 años y tiene ahora 77), el vicepresidente, el actual arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, así como todos los presidentes y miembros de las 14 comisiones episcopales y otros cargos. El Secretario General ya fue sustituido en diciembre, y ahora lo es el sacerdote José María Gil Tamayo, de la diócesis de Badajoz.

                La Conferencia Episcopal está formada hoy por dos cardenales, Antonio María Rouco y Lluís Martínez Sistach, arzobispo este de Barcelona, que también ha cumplido la edad de 75 años (tiene 76 y en abril 77); 14 arzobispos; 53 obispos titulares de otras tantas diócesis y 11 obispos auxiliares, los cuales no podrán ser elegidos presidentes. O sea en total 80 miembros. También pueden asistir los prelados eméritos, pero sin derecho a voto. En España hay 32 cardenales, arzobispos y obispos eméritos. Hay otros dos cardenales españoles que viven en Roma, el valenciano Antonio Cañizares Llovera, y el aragonés Santos Abril Castelló, el cual procede del cuerpo diplomático.

                España podría quedarse en poco tiempo sin ningún cardenal al frente de una archidiócesis española pues el nuevo cardenal Fernando Sebastián es emérito y no podrá ocupar ninguna archidiócesis ni cargos en la CEE. Sería por tanto una anomalía histórica que España no tuviera cardenales en su territorio. No ha pasado desapercibido que el Primado de España y arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, no formó parte de la lista de nuevos cardenales creados por el papa Francisco. Al cardenal Rouco está claro que será sustituido de inmediato en Madrid, mientras que el cardenal Martínez Sistach puede quedarse algún tiempo más en Barcelona.          

La visita “ad limina apostolorum

                Previamente a la reunión de la Conferencia Episcopal, todos los obispos españoles habrán ido a la Santa Sede, entre los días 24 de febrero y 8 de marzo, para realizar la visita llamada “ad limina apostolorum”, es decir a renovar su fe y su unión con la Iglesia de Roma ante las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo, y visitar al Papa símbolo de la unidad de la Iglesia. En ellas los obispos presentan un resumen de las actividades realizadas en sus diócesis desde la última visita”ad limina” que fue hace casi nueve años. Estas visitas periódicas a Roma, que pueden ser de cada cinco o más años, fue instituida por el papa Sixto V, en 1585.

                El papa Francisco recibirá a los obispos españoles en grupos de 7 u 8, desde las 10:30 de la mañana hasta las 12:30, más o menos. En estas reuniones el Papa les hará preguntas concretas sobre la marcha de sus diócesis. El papa Francisco exige a los obispos más entrega a su ministerio y que lleven el Evangelio hasta las periferias.

                Inmediatamente después de esta visita “ad limina” se celebrará el pleno de la Conferencia Episcopal electiva del 11 al 14 de marzo. El secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, en una entrevista a Ràdio Estel, en la que participé como entrevistador, dijo que “los obispos españoles tienen los oídos muy finos”, cuando se refirió a los cambios en las Conferencia Episcopal, y por lo tanto sabrán calibrar muy bien a quién hay que elegir para el trienio 2014-2017, sobre todo después de su paso por Roma. De todas maneras, si iben las conferencias episcopales sirven para el ejercicio de la colegialidad episcopal en un territorio, son instituciones de derecho eclesiástico, y por lo tanto sus documentos, salvo si están aprobados por la totalidad de sus miembros, no forman parte del magisterio ordinario de la Iglesia, pues cada obispo es responsable ante Dios y ante el Papa del gobierno de su diócesis.

¿Quién sustituirá a Rouco?

                Sin duda habrá cambios profundos en la CEE orientados hacia la línea del papa Francisco. ¿El cardenal Rouco será sustituido antes o después de la reunión de la CEE? ¿Quién dirigirá la archidiócesis de Madrid? ¿Será el nuevo arzobispo de Madrid el presidente de la Conferencia Episcopal? Tres incógnitas a despejar, y los tiempos aprietan.

                Consultados diversos círculos eclesiásticos de la Santa Sede, todos coinciden en señalar que el futuro arzobispo de Madrid será probablemente el cardenal Antonio Cañizares, que es el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, y que estos días está de enviado especial del Papa a Panamá para asistir al quinto centenario de la constitución o erección de la primera diócesis en tierra firme en el continente americano. El papa Francisco le ha manifestado su confianza en él, al confirmarlo para el cargo de Prefecto de su Congregación. Sin embargo, al cardenal Cañizares le encantaría volver a España, tras cinco años en Roma.

                El nombramiento no está confirmado. Antonio Cañizares es un eclesiástico  dialogante, con experiencia de cinco años en Roma. Fue obispo de Ávila y arzobispo de Toledo y Primado de España durante varios años, tiene 68 años. No es un progresista, como se dice por ahí, sino una persona dialogante, comprensiva aunque firme a la hora de defender los derechos de Dios y de la Iglesia. Algunos se peguntan, ¿por qué el papa Francisco lo confirmó en el cargo de Prefecto en enero? Porque de otra manera parecería que marcha para España porque no tiene sitio en Roma.

                Desde Roma  se mira a los obispos españoles de manera muy tranquila, hay unidad entre los obispos, no hay tensiones como en Alemania.


                Las decisiones del papa Francisco, de todas maneras, no dejan de ser sorprendentes. Al cambiar al secretario general de la  Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Mons. Mariano Crociata, lo envió a la pequeña diócesis de Latina, de 250.000 habitantes, cuando estos cargos acababan siempre en el cardenalato. Además, el papa Francisco ha enviado a sus diócesis a 200 “monseñores” –título honorífico que tienen muchos trabajadores de la Curia—a que trabajen en sus diócesis de origen, porque “sobran monseñores”, dijo, y faltan sacerdotes que “huelan a oveja”. También el Papa ha cambiado a todos los cardenales consejeros de la Congregación para los Obispos, aun manteniendo al Prefecto, el cardenal canadiense Marc Ouellet. ¿Habrá sorpresas en España?

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