La incertidumbre preside la X Legislatura catalana

            Hay una definición que planea por todo el arco legislativo catalán que acaba de empezar, tras ser interrumpido el pasado mes de septiembre. Esta palabra se llama “incertidumbre” o “inestabilidad”, a la que yo añadiría una falta de liderazgo porque Artur Mas ha perdido fuelle, liderazgo. Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar ni cómo va a pasar. El acuerdo de gobernabilidad entre CiU y ERC está tan lleno de buenas intenciones como de inconcreciones, y lo único que aparece claro es que aumentarán los impuestos porque la administración de la Generalitat está literalmente quebrada.

            

            Ni siquiera el tema de la consulta está claro. Dice el pacto de gobierno CiU-ERC  que será “a lo largo del 2014”, pero podrá variar si las dos partes así lo consideran. Oriol Junqueras fue más explícito el jueves en unas declaraciones: si Catalunya se ve ahogada  podrá adelantarse la consulta al 2013. Indefinición e incertidumbre. No se sabe cuál será la política presupuestaria, o si cumplirá con el déficit. Como dicen los italianos, “aquí puede pasar todo y lo contrario de todo”. El acuerdo CiU-ERC es tan inconcreto que puede romperse en cualquier momento. Esperemos que Artur Mas no se equivoque por segunda vez al convocar otras elecciones anticipadas.

            El acuerdo CiU-ERC –al que nadie se sumará por el momento-- anuncia que habrá una Llei de Consultes. Actualmente ya existe esta ley aprobada por el Parlament el año 2010 por el Tripartito (es decir también Esquerra Republicana) y que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero recurrió ante el Tribunal Constitucional. Casi tres años después, el TC todavía no ha dictado sentencia. Lo más probable es que la próxima ley irá también al Constitucional, porque, como dijo Artur Mas, de acuerdo con Oriol Junqueras, “la decisión del futuro político estará en el marco legal que lo ampare”. ¿Cuál es este marco legal? Más indefinición. Y cometen un gravísimo error: ningún estado serio  aceptará la independencia de un territorio que se salga del marco legal del estado de derecho al que pertenece. Esto no es África, ni una dictadura, ni Catalunya es una colonia (ya no estamos en la descolonización). Catalunya vive en un estado democrático dederecho, con unas las reglas del juego establecidas libremente por este estado, como es el caso español. Esta es la praxis internacional y desconocerla es grave.   

            Oriol Junqueras parecía un controlador en el discurso de Mas

            Vi la ceremonia de la firma del acuerdo en el Parlament –donde por cierto han reaparecido los tejanos, las camisas a cuadros, los sin corbata, al igual que en el Tripartito—y la verdad es que no vi alegría, ni entre los firmantes –caras serias—ni entre la gente, que aplaudió sin convicción. Se dice que será una legislatura inestable porque ERC ha anunciado que quiere asegurar un “gobierno fuerte”, pero estar al mismo tiempo en la oposición: esto en política es la cuadratura del círculo.

            En el debate de investidura, Artur Mas, que tenía asegurada su investidura, utilizó el jueves corbata gris (mal presagio), y Oriol Junqueras con cara de controlador o comisario político siguió atentamente las palabras de Artur Mas para que dijera todo y solo lo que estaba pactado. Está claro que Junqueras es el presidente en la sombra y el fiel de la balanza.

            El discurso del candidato Mas fue de trámite y poco brillante. Estuvo mejor en las réplicas, donde por cierto evitó las contrarréplicas dando la sensación de que estaba cansado o sin argumentos. Artur Mas habló en su discurso que los pueblos son libres si así lo quieren, sin darse cuenta que hoy vivimos en un mundo global y el querer no es poder. También dijo que “no es el momento del populismo”, y que el avance hacia un estado propio será “sin violencia, ni incluso violencia verbal”. Bien, esto ya es más difícil de creer, porque solo hace falta recorrer las redes sociales y la participación de lectores en los diarios para encontrar, de todas partes, insultos por un tubo, a millares. Violencia verbal, por ll tanto, la hay y abundante, y populismo lo hay (¿qué fue si no la manifestación del 11-S, a la que tardiamente se adhirió CiU?)
  

            El discurso de Oriol Junqueras fue inconcreto, con un “tic” profesoril cuando pidió silencio y educación a los diputados. El líder del PSC, Pere Navarro, fue naíf y se lo puso muy fácil Artur Mas para responder. El error de Navarro al decir que se abstendría en todo lo referente al soberanismo (“no pondremos palos en las ruedas”), fue aprovechado rápidamente por PP y por Ciutadans para decir a los electores socialistas que ellos defenderían lo que el PSC no se atrevía a defender. Un partido no se puedce abstener en un asunto como la independencia. La posición de Navarro abrió esperanzas a CiU y ERC para poder pactar con él en el futuro. Serán necesarios 190 diputados (los dos tercios).

            Alicia Sánchez-Camacho, que tiene el problema de que no comunica bien, tuvo un discurso muy pensado, incluso en lo económico. Más acertado estuvo el dirigente de Ciutadans, Albert Rivera, que llegó casi a sacar a Mas de sus  casillas cuando le dijo en varias ocasiones que el único responsable de todo era él, solo él y no CiU y por tanto debía dimitir para dar paso a un Urkullu catalán. Esto irritó a Mas, que cometió el error de confundir las leyes de una dictadura con las leyes de un estado democrático de derecho. Lo que equivalía a comparar a España con una dictadura, y excluir el principio de jerarquización legislativa en cualquier estado de derecho. Y si Artur Mas ignoraba esto es tan grave que le imposibilita gobernar. Cualquier decisión popular, a nicel municipal, comarcal o autonómico es válica si es refrendada por el pueblo. Esto es cantonalismo. 

              La petición de que el Parlament debería tratar los casos de corrupción solo fueron tratados por Iniciativa, a través del presidente del grupo, Joan Herrera, y Ciutadans, que han querido que se formen comisiones de investigación parlamentarias sobre Cas Palau, Cas Pretoria (Santa Coloma), Cas Sabadell (Manuel Bustos) y Cas ITV donde aparece el secretario general de CiU, Oriol Pujol. Mas dijo que había que respetar "los procesos judiciales", y le respondieron que se trataba de responsabilidades políticas y no penales. 

              En resumen, no hay alegría ni en las filas de CiU ni en las de ERC, aunque Oriol Junqueras está convencido que la próxima legislatura podrá tener incluso más votos que CiU. ¡Lo dijo en plena campaña! No sé si se equivocará.